Toros
Jesús Timoneda

Como todos sabemos, recientemente, el parlamento de Cataluña, tras polémico debate, aprobó la prohibición de las corridas de toros. Esto ha suscitado tremendas discusiones muy acaloradas, en muchas ocasiones, entre partidarios y detractores de la llamada fiesta nacional.

Hay personas que casi todo lo ven o bien blanco o bien negro, sin matices de ningún tipo. El debate relajado, escuchando otras opiniones siempre es bueno pues enriquece nuestra forma de pensar y de ver las cosas desde ángulos diferentes. Durante años fui aficionado a las corridas de toros. Aún me gusta lo que tiene de valor y arte, sin embargo hace ya años que no las veo, puesto que después de reflexionar bastante decidí que hay en ese espectáculo demasiada violencia, sangre, crueldad, y mucho riesgo para los toreros y sus ayudantes. La vida de una persona aunque sepa el peligro al que se expone es digna de protegerse, es “digamos” sagrada, es el máximo valor de un ser humano.

Me gustan poco las prohibiciones. Sería bueno que las personas tomáramos la decisión más acertada tras reflexionar tranquilamente. De modo que poco a poco fuéramos evolucionando positivamente. No obstante, todos sabemos también que de no ser por algunas prohibiciones todavía seguiríamos pacticando más crueldades, más abusos, más dolor a otras personas y animales. Baste comentar aquí la prohibición de la esclavitud, la cual si no recuerdo mal tuvo lugar el siglo XIX, al igual que la inquisición. También debemos recordar la prohibición de los abusos a menores. También que, al menos en el mundo desarrollado, es considerado mal visto el que los niños trabajen a edades demasiado tempranas y, por tanto la ley lo prohibe. En consecuencia lo correcto a mi juicio es tratar siempre de ver las cosas desde varios puntos de vista, cuantos más mejor.

Creo que debo añadir que en los dos últimos años, o sea el 2008 y 2009, hubo un 20 % menos de asistencia a los ruedos. En Barcelona creo que habían tres plazas, y ahora sólo queda una: La Monumental. Está claro que las corridas de toros languidecen, van a menos, eso es evidente. En cambio no ocurre así en otros espectáculos.

Por otra parte se sabe que las corridas de toros reciben ayuda del Estado, lo que significa que todos contribuimos a su sostenimiento. Me pregunto si eso está bien, teniendo en cuenta las necesidades más importantes de muchas personas.

Espero que no sean necesarias las prohibiciones, que nos demos cuenta de nuestros defectos, errores, y vayamos evolucionando.

Ya puestos deberíamos ir acabando con todos los maltratos a los animales, como las peleas de gallos, tambien creo prohibidas, lo mal que viven en las granjas los animales tan apretados, sufriendo al llevar una vida que no se corresponde con la natural, las costumbres tradicionales de arrojar toda clase de animales desde lo alto de las iglesias, etc. El hecho de ser tradicional no nos exime de las atrocidades, alguna vez se deben cambiar algunos hábitos, de lo contrario no avanzaríamos.