Nos ha dejado Edmundo Royo
Artículo publicado en la revista "Ferias, Mercados y Mataderos" nº2276

Edmundo Royo falleció el pasado día 14 de Diciembre. Día de luto y de dolor para muchos ganaderos de ovino.

Nacido en la provincia de Teruel, estudió Agrónomos en la Universidad de Valencia adquirió sus primeras experiencias profesionales en el sector de la ganadería.

Con su incorporación a la Diputación de Barcelona se dedicó a la que fue el gran objetivo de su vida profesional: las ovejas. En colaboración con un grupo de ganaderos constituyó la Agrupación Raza Ovina Ripollesa Mejorada. En los años 70, con gran ímpetu y trabajando codo a codo con los ganaderos, mejoró una raza autóctona convencido de que tan sólo con la mutua confianza y el trabajo conjunto, se podía mejorar la economía de los ganaderos.

Diversas circunstancias le llevaron a cursar los estudios de Veterinaria en la Universidad de Zaragoza.

Esta ampliación de sus conocimientos hizo posible que pudiera desarrollar sus objetivos de una forma muy completa convirtiéndole en uno de los mayores expertos en ovino.

A mediados de los 80 dejó la Administración y se implicó directamente en el sector. Se convirtió en ganadero y, con la visión clara que le caracterizó durante toda su vida, creó una nueva línea de ovejas a la que denominó “Óvidos Mediterráneos”.

Largo y duro fue el camino para la obtención de esta línea de producción. El resultado es una oveja prolífica: 2,7 corderos por parto, rústica donde las haya, conformación y sabor adaptado al más refinado de los paladares.

Desarrolló sus investigaciones soportando todo el riesgo económico, pero lo consiguió. Sus expectativas y posibilidades de aumento de prolificidad no tienen límite.

En esta búsqueda de la rentabilidad de las explotaciones y conjuntamente con los ganaderos, desarrolló técnicas de manejo y materiales para las explotaciones que, totalmente innovadoras, facilitaban el trabajo y desarrollaban una confianza conjunta que nunca defraudaba.

Fue una persona íntegra y con un único objetivo: mejora de la ganadería ovina, dignificación de la profesión entendiendo que todo esto pasaba por mejorar la economía de los ganaderos.

Nunca dejó a nadie en la estacada: veterinario de explotación, amigo de sus ganaderos e indiferente con sus enemigos. Las consultas que se realizaban eran inmediatamente resueltas y, cual un médico de cabecera, preguntaba y preguntaba hasta resolver el problema.

Todos los ganaderos eran importantes para él.

Más de un día y una noche pasó entre un rebaño que presentaba problemas. Todos aprendimos de él y con él, ya que sus dotes como enseñante unido a su pasión por su trabajo hacían que bebiéramos sus palabras como si nuestra sed de saber no se pudiera saciar.

Realizó varios cursos de formación en distintos lugares de España y sus conocimientos eran solicitados por varios países que supieron entender la verdad de su práctica y el concepto de la ovinotecnia en su conjunto.

Fue un espíritu inquieto y conservó siempre la ilusión de la juventud. Su rebeldía se manifestaba ante todo aquello que pudiera perjudicar o no beneficiar al sector. Su última cruzada fue intentar conseguir para el sector ovino español las mismas condiciones que otros sectores de producción y las mismas ayudas que otros países destinaban al ovino.

Nos ha dejado el mayor colaborador del ganadero.

Es ahora deber de los ganaderos continuar la labor que él inicio. Su trabajo y sus ilusiones no deben desaparecer con él.

No podemos olvidar a su esposa, quien desde la sombra, colaboró íntimamente en la realización de sus trabajos y que, profundamente conocedora de los mismos, continuará su labor.

Nadie ni nada podrá paliar el dolor de su esposa y de sus hijos. Es nuestra obligación apoyarla y, todas las horas y días que los ganaderos y las ovejas le robamos de su marido y padre, compensarla y ayudarla a proseguir la labor de Edmundo.

Edmundo: Decías que nadie en este mundo es imprescindible. Ahora te decimos que sí, que hay personas que son importantes, y tú lo fuiste para muchos de nosotros. Te echaremos de menos, pero no te olvidaremos. Continuando tu trabajo lograremos que permanezcas con nosotros.

Unos ganaderos