Dientes de tiburón
Edurne Guevara

En el Centro Asociado Dinópolis de Mas de las Matas se puede ver alguna muestra de diente de tiburón; así que merece la pena saber y hablar un poco más. Los dientes de tiburón son los restos de peces que más abundan en nuestras formaciones cretáceas y terciarias. Se cree que esto se debe a que estos restos son cartilaginosos (dientes de Condroterigios). Los tiburones como las rayas, no tienen esqueleto óseo, lo suyo es el cartílago.

Vamos a ver qué es el cartílago; es un tejido esquelético flexible de los vertebrados y algunos invertebrados, formados por grupos aislados de células en una matriz de colágeno. Cuando se hace referencia a un pez con tejido cartilaginoso, diremos que se trata de un animal cartilagíneo.

Las mandíbulas de los tiburones son de cartílago y son diferentes a las mandíbulas óseas de la mayoría de los peces. Los dientes son reemplazables, y se disponen en hileras unas detrás de otras, de manera que cuando se pierde un diente, una nueva pieza se mueve hacia adelante y lo sustituye.

Los tiburones pierden sus dientes o bien de forma accidental al comer o por un proceso de muda natural.

Los tiburones habitan los mares desde épocas prehistóricas, incluso antes que los dinosaurios, y han sobrevivido como especie más de 400 millones de años.

Otras curiosidades extraídas de la red:

“En las capas marinas de la formación Guaranítica, se encuentran numerosos dientes de tiburones de los géneros Oxyrhina, Lamna, Odontaspis, Notidanus, Scapanorhynchus, Corax y Synechodus. Los dos últimos se han extinguido. Todas estas especies son distintas de las actuales, pero en su mayor parte son idénticas a otras ya conocidas de los terrenos cretáceos de Europa y Norte América. Algunas especies de los géneros Lamna y Oxyrhina eran de dimensiones mucho mayores que las existentes.”

“Los tiburones de la formación Patagónica se distribuyen en los géneros Oxyrhina, Lamna, Odontapis, Notidamus, Galeocerdo y Carcharodon, todos existentes pero representados por especies extinguidas que también se encuentran en los terrenos eocenos del hemisferio boreal. En las mismas capas hay dientes de rayas que indican animales que debían alcanzar aproximadamente un diámetro de dos metros”.

“En la formación Entrerriana se encuentran los mismos géneros que en la formación Patagónica, y, además, Hemipristis, Sphirna y Carcharias. Las especies son, en general, más pequeñas que las de la formación Patagónica e idénticas a las que se encuentran en las formaciones oligocenas y miocenas de Europa y Norte América. Hay, sin embargo, una especie: el Carcharadon megalodon, que es el tiburón más gigantesco que haya existido. Los dientes de los tiburones de este género son de contorno triangular y de bordes cortantes y dentellados como sierras. El más gigantesco de los tiburones actuales, que es el Carcharodon Rondeleti, alcanza a tener diez metros de largo y tiene dientes de cinco a seis centímetros de alto por dos a tres de ancho en la base. Los grandes dientes del Carcharodon megalodon tienen quince centímetros de alto por doce de ancho en la base.”

Un grupo de peces Condropterigios, cercano de los tiburones es el de los Cestracionidios, pero con dientes de una forma completamente distinta, pues son de corona aplastada, parecidos a habichuelas, destinados no a cortar y despedazar sino a triturar. Es una familia que tuvo un considerable desarrollo durante la época Mesozoica, pero que actualmente sólo está representada por el género Cestración, limitado a las aguas del océano Pacífico. El mismo género ha sido hallado también, en estado fósil, en Europa y Norte América, pero sólo en las formaciones cretáceas y alguna vez, aunque muy raramente, en la base del Eoceno. Es, pues, digno de mención el hecho de la existencia de dientes de este mismo género en la formación Entrerriana y también en la Patagónica.