Inauguran la restauración de la ermita de la Magdalena en Las Parras de Castellote
Artículo publicado en LA COMARCA

Cientos de personas acudieron el sábado, 2 de mayo a la inauguración de la remodelada ermita de Las Parras de Castellote, en cuyo exterior también se ha habilitado un merendero. Durante el acto, también se produjo al nombramiento de Angelines Mir como hija adoptiva de la localidad.

Las parras de Castellote inauguró el pasado 2 de mayo la remodelación de la ermita de Santa María Magdalena, un templo que data del siglo XVII. La primera fase de las obras, cuyo importe asciende a 30.000 euros, fue financiada por la DGA, mientas que la segunda, recientemente acabada, ha sido sufragada por la Diputación Provincial de Teruel con 55.000 euros.

Durante el acto, en el que también se habilitó un merendero en el exterior del templo, se procedió además al nombramiento de Angelines Mir como hija adoptiva de la localidad. El alcalde de Las Parras explicaba el motivo por el que el Ayuntamiento decidió otorgar la distinción a Mir.

La labor desempeñada por la familia de Angelines Mir a favor de la localidad durante muchos años fue premiada por el Consistorio de Las Parras. La propia galardonada se mostró emocionada durante el acto y recordó a sus familiares.

Tras la inauguración oficial del templo y de la proclamación de la nueva hija adoptiva se repartieron dulces bendecidos a la salida de la misa. Posteriormente, se celebró una comida de hermandad entre vecinos.


A continuación transcribimos el discurso con el que Angelines Mir agradeció su nombramiento como hija adoptiva, y con el que emocionó a todos los asistentes:

Buenos días. Un saludo muy especial para las autoridades, para la Guardia Civil, para D. Salvador y para todo el pueblo, en esta ermita tan bien restaurada de Santa María Magdalena.

En primer lugar tengo que decir gracias y muchas al Sr. Alcalde, a Marisol y a todo el pueblo en general por este título que me otorgáis de Hija Adoptiva de Las Parras.

Es para mi un gran honor y una inmensa alegría el recibirlo. En este pueblo al que siempre he querido mucho. En varias ocasiones he dicho que sino fuera hija del Mas, al que quiero y estoy orgullosa de ser masina, me hubiera gustado ser hija de Las Parras. Pero también estoy super orgullosa de ser hija adoptiva, nunca se me olvidará y espero estar a la altura de este título.

Quiero deciros que el título me hubiera gustado que lo recibiera mi padre, pues él se lo merecía. Aunque creo que estará bien contento de que se lo den a su hija. A él y a mi mamá se los dedico.

En Las Parras siempre quisieron a mi padre y también a mi mamá, ya que ella muchas veces después de morirse él siempre nos ha recordado el cariño que recibieron los dos en este pueblo.

Os diré también que el cariño que siento por Las Parras lo he heredado de mi padre. Cuando tenía 8 años y tenía vacaciones él me subía con su camión GMC y me quedaba en la Posada del tio Moreno, su esposa Josefa y la tia Modesta. Ella me mandaba al horno y a la fuente muchas veces. Aún recuerdo esos días en que jugaba en la calle, con la Amparo, la María, el Simón y las camineras, que eran vecinos.

Luego a los once años nos fuimos a Madrid y en mi casa muchas veces se nombraba a Las Parras. El tio Tejeros, el tio Gaitero, el tio Terreros, el tio Colás, los Villamares, los Roselló, los Cabanes, mosen Enrique y otros muchos. Él siempre decía que la gente de este pueblo era muy buena gente y qué razón tenía.

Cuando en verano veníamos al Mas siempre subíamos varias veces a Las Parras. Mi padre gozaba mucho hablando con todos y recordando los días vividos en la mina Angela, que así se llamaba. Muchos de vosotros recordaréis esos días. Siempre decía que tuvo muy buenos trabajadores. Él además de ser un gran hombre fue un buen empresario.

También mis hermanos cuando se casaron y vinieron al Mas, subieron aquí para que sus esposas conocieran Las Parras.

Desde que mi padre murió ya no subimos, pues él decía que no fuera por esa carretera de 103 curvas en 6 km. Yo respeté su parecer y le obedecía, pues pienso que subir por esa carretera es como torear un toro de Miura, sin ser los que subimos ni siquiera novilleros.

Cuando hace 14 años hubo mucho fuego en Las Parras, tanto mi hermano Ramiro como yo en Madrid teníamos pena de lo que aquí pasaba. Llamamos por teléfono para interesarnos, ya que pensamos que mi padre si hubiera vivido también hubiera llamado.

Desde hace 12 años que vivo en el Mas, ya sabéis las veces que he subido, y siempre contenta como cuando era niña. Cuando subo miro al cielo y pido perdón a mi padre, por desobedecerle y subir por esa carretera.

Debo decir también que ha habido muchos días felices en mi vida, pero éste es uno de ellos. Repito, nunca se me olvidará el cariño que recibo de vosotros. Sólo me faltaría para completar la alegría que tengo en estos momentos, que estuvieran mis padres, pero desde el cielo verán el honor que recibo este día. Ellos siempre me protegieron mucho y quisieron para mí lo mejor y lo que aquí pasa hoy es de lo mejor, lo mejor.

A mis sobrinos y a mis nietas que han venido de Madrid a acompañarme en este día, les quiero pedir un favor. Que al igual que yo heredé de mi padre el cariño a Las Parras, hereden de mí el mismo cariño, y que no olviden a este pueblo y hagan por él todo lo que puedan. Estoy segura que lo cumplirán.

Finalmente quiero pedir a Santa María Magdalena y a San Nicolás la bendición para ellos, para el resto de mi familia, para todos los que estáis aquí, para los que no han podido venir y para todos los que ya no se encuentran entre nosotros, pero seguro que tuvieron mucha devoción por los dos santos. Entre ellos recuerdo de una manera muy especial al minero Fidel que murió en la mina Angela, cuya pérdida mi padre sintió mucho y siempre lo recordó.

Quiero al final dar cinco vivas. Muchos vivas son, pero los cinco son muy importantes. Viva Santa María Magdalena, Viva San Nicolás, Viva Las Parras, Viva el Mas y Viva la provincia de Teruel completa.