Enero

Enero empieza con la resaca, propiciada por el GEMA, de la esperada apertura al público de la harinera: patrimonio industrial, patrimonio del agua y de sus fuerzas, patrimonio del trabajo y de los recursos de un pueblo, Mas de las Matas. Casi debería ser para todos los masinos y masinas un lugar de encuentro referencial donde reencontrarse con sus antepasados, con los esfuerzos que casi no se recuerdan, con la ilusión con la que veían como la “revolución” del agua transformaba el cereal recogido a mano en harinas finas blancas o diferentes tonalidades.

Restaurar la harinera ha sido un esfuerzo que ha valido la pena y que sólo espera ser respetado, valorado y cuidado... porque siempre habrán cosas que mejorar dentro y fuera de ella.

Pero hay más “resacas” como la que nos dejó el Coloquio sobre el Republicanismo en Teruel que este año se concentró en la emisión de excelentes e inéditos documentales; además el Coloquio nos trajo la exposición sobre los bombarderos italianos, auspiciados por los generales rebeldes, sobre tierras del Bajo Aragón... la gente reconoció muchos lugares, por desgracia... pero todos salieron contentos por la calidad de la misma.

Otro movimiento de dinamización cultural fue la presentación del segundo volumen de la Historia Ilustrada que anima el GEMA gracias a la pluma del artista masino, afincado en Barcelona, Andrés Añón. Como el primero, Añón sigue la senda ilustrada de nuestra propia historia. Se trata de unos ejemplares que todo masino debería tener y retener para las generaciones venideras.

En definitiva, Enero empieza con una lección de memoria e historia, hagamos que no se rompa y hagámoslo todos, no deja de ser una manera más de hacer pueblo.