Una breve metáfora

Las hojas de algunos árboles, los más perezosos, todavía se deslizaban desde lo alto cuando el mes de noviembre se paseaba entre nosotros; el sol menguaba y nos abandonaba mucho más pronto, asomándose también más tarde. En resumen, los días se acortaban estrepitosamente y las noches laten de una manera casi imprecisa.

En Mas de las Matas el invierno tiene su particular encanto porque es un privilegio vivir en un valle donde un río serpentea de manera sugerente, mientras las hojas ocres y marrones caen, desde lo alto, dibujando un vaivén. Los álamos se van desnudando, algunos se resisten un poco más y otros ya muestran su apasionante y extraordinaria esbeltez que desafía al aire... A finales de otoño y a principios de invierno ya empezamos a ver, en las arboledas, que el mundo natural también puede ser transparente como la imaginación de los niños y los ancianos que no tiene límites.

Desde aquí os decimos: "buscad, buscad amigos porque el mundo también se vuelve transparente en Mas de las Matas..." ...entre otras cosas porque el valle está quieto, más silencioso que nunca con un aroma de hojas que se descomponen, con la bruma que nos emborrona...y con una vida escondida que, bajo la metáfora, nos espera... sólo queda aprovechar aquello que tenemos.