Veintidós años en la guardería

Angelines Mir

Ya sabéis todos a quién me refiero, a Lola Prats (la Lola como la llamaban los niños) que cuidó a los más pequeñicos durante tantos años y los cuidó muy bien.

La vocación de cuidar a los niños le viene de su abuela Luisa Mañes una buena maestra de vocación, como mi abuelo Julián que llevaba la clase de chicos y ella la de las chicas. Las que fueron con ella aún la recordarán, fue una gran mujer y muy inteligente.

La Lola trataba a los niños en la guarde, con mucho cariño y con mucha paciencia, yo lo he podido comprobar a lo largo de doce años, que llevo en el Mas, ya que de vez en cuando voy a la guarde a ver a los niños y les llevo palomitas, ella siempre me recibió muy bien, le doy las gracias por ello, nada más que yo abría la puerta ella decía ¡que viene Angelines, que viene Angelines! He pasado muy buenos ratos con ella y los niños, cuando me marchaba toda contenta, en vez de sentirme mayor que ya soy, salía como si fuera niña, os lo aseguro, pues como digo en todos los escritos, lo mejor del mundo son los niños.

Lola, ya te puedes ir por la puerta grande, que has sabido cumplir con tu deber durante muchos años y lo has hecho muy bien.

El día 20 de junio te hicieron una despedida emocionante, te la merecías, nunca se te olvidará ese día, fue la mejor manera de decirte las mamas de los niños y el pueblo entero ¡Gracias! pues te las mereces y muchas. Termino diciendo:

ADIÓS A LOLA, BIENVENIDA A MARIFÉ