Editorial

Desde Mas de las Matas hay todo un mundo de posibilidades en la naturaleza para descubrir y a ayudar a descubrir, sobretodo a los más jóvenes. Nuestras tierras, son aquello que, deberían conocer para después salir fuera sabiendo, con seguridad, qué tenemos en nuestra casa.

Mas de las Matas es un nudo de comunicaciones lo que nos ofrece muchas posibilidades a la hora de descubrir sendas, saber por donde se dibujan los caminos y a donde nos llevan.

Así podemos organizar paseos más o menos largos: de menor o mayor intensidad o para todas las edades... les invitamos a ello porque vale la pena y porque pensamos que enseñar a nuestros hijos nuestra naturaleza más próxima es empezar a acariciar la posibilidad de que algún día la estimen y hasta puedan disfrutar de ella, tanto que la enseñen a los suyos....

Sólo hay que ponerse unas zapatillas y equiparse, según las horas que vamos a estar fuera, y empezar a recorrer caminos que nos pueden llegar a lugares con sendas desconocidas o prácticamente no transitadas. Así podemos dar un buen rodeo por los caminos de la huerta del Mas o por la de Aguaviva....viendo la "chocante" diferencia que significa para los de fuera el hecho de que los masicos sólo se encuentran en la huerta de Aguaviva....aquí la gente tenía la costumbre de ir y volver sin quedarse en la huerta; los de Aguaviva la tenían más alejada y lógico, preferían quedarse.

Ir por la zona del martinete, por sus alrededores y las choperas donde en los campos se pueden ver tanto los restos del maíz como el verde del nuevo cereal que despunta en espiga.....o las choperas que, en pocos, días se han vuelto a vestir de un verde suave y que todavía muestra cierta debilidad, pero pronto se sustentarán a las ramas con mucho más carácter.

También podemos hacer otros viajes más largos con destinos de otros conjuntos urbanos, les aseguro que casi hay soluciones para ir a cualquier sitio... aunque los hay, como en todas partes, que son de costumbres fijas: suben a Santa Flora y contemplan las huertas y la tristeza de aquellas que ya no se cultivan o se acercan a sitios tan distantes como emblemáticos como los restos de Santa Bárbara bajo la dinamita de Espartero o subir, jadeo tras jadeo, hasta Santa Bárbara la Vieja...desde ambos lugares se puede ver que no somos nada: seres impredecibles y casi indiferentes; no consintamos que esto crezca como una bola de nieve....suele ser el comienzo de una pérdida de identidad y autoestima, lo último que necesita nuestro pueblo.