Miguel Perdiguer

Miguel Perdiguer tiene una mirada incisiva, aguda, metódica, no en vano es médico y pediatra, uno de los oficios y una de las especialidades que más piden de la observación. Los anteojos, sencillos y prácticos, incrementan ese "don" porque saber observar detenidamente es algo más que una virtud; pero además el doctor Perdiguer tiene mirada, una mirada especial que se acerca a una cámara de fotos para inmortalizar un álbum de imágenes que rebosan calidad, humanidad y pertenencia a una tierra que le gusta y la siente. En resumidas cuentas, Miguel Perdiguer es un pediatra que cultiva el arte de la fotografía, esparciendo su mirada al corazón de los demás. La mirada, aquella que mencionamos anteriormente, guarda una concordancia intensa con su nariz aguda, puntiaguda, estática como si desafiase a alguien o a algo, una nariz que parece investigar y observar.

"Paseo de un jubilado". Fotografía con la que obtuvo el primer premio de fotografía a nivel nacional en Madrid.

Miguel Perdiguer siempre viaja por la senda de la vida correctamente vestido, casi siempre igual sino fuese por la variación de tonos y colores, siempre clásicos como para pasar desapercibido. Una camisa clara con finas y casi disimuladas rayas de un tono más subido que el fondo; unos pantalones marrones o grises, siempre oscuros; una americana, a veces de puños un poco desgastados, de un color de esos que no se marchitan con las modas...su cámara colgando del cuello y sus anteojos. Ya le queda poco pelo, pero parece que no le importa porque se peina con un refinado sentido de aquellos años de contrabando y blancos y negros y lo hace hacia atrás con la firme personalidad de quien no le importa el paso de los tiempos y la imposición de las modas.

En resumen, Miguel Perdiguer es una persona normal y corriente que gusta de pasar desapercibido, es mucho más sencillo de lo que los típicos "cepilladores de chaquetas" proponen; él nunca admitiría ni lo primero ni lo segundo, pero podemos estar seguros que a nuestro médico pediatra y fotógrafo se le quiere por mucho más. Ni más ni menos.
Un momento de la entrega del primer premio de fotografía, para el que se desplazaron cuatro personas desde Madrid hasta Alcañiz.