Charradicas
Miguel Ángel Royo Sorribas

Al que se ha interesado directamente ya le he explicado que a mí no me ha tocado esta vez el gordo de la lotería de navidad. Digamos que he tenido una aproximación, pero de las que no se cobra nada. Me dicen que yo estaba con el afortunado cuando éste se compró el 6381, me dicen que teniendo tan cerca todos los días al suertudo es del género tonto no haber comprado el numerico también, y me recuerdan que hasta lo nombré aquí hace dos meses haciendo bromas con su nombre de comendador. La lotería de navidad es el mejor ejemplo de las barbaridades en las que se convierten las noticias cuando corren desbocadas de boca en boca. La gente asegura detalles muy precisos que los protagonistas desconocen completamente.

El día de los inocentes amaneció con el ayuntamiento tabicado por palets y con la plaza entera tendida de las sillas de la terraza del bar, como en sanagustín, pero sin nadie sentado quizás porque helaba. Al cura los bromistas también le estuvieron enredando en la puerta de la iglesia. En nochevieja hubo tantos rumanos bailando en el bar de la plaza que desde que venían los hongaros hace cincuenta años no se habían visto por aquí tantos centroeuropeos haciendo la comedia.

Un caso curioso: Joaquín Luis ha encontrado en la casa donde está obrando un depósito de agua fechado en 1807 y que desconocían hasta los dueños. El descubrimiento no es que sea para hacer un reportaje de National Geographic pero aquí tampoco se descubren cosas de éstas todos los días.

Las obras de las calles han dificultado los accesos, en plena vorágine de consumo, al Dia, al Alfredo, al Huguet y a los hermanos Mir Sanz, y ver el garbo que llevan los obreros desespera a cualquiera. Hasta el ayuntamiento ha perdido clientela habitual; los reyes magos modifican el recorrido de la cabalgata, y no saldrán al balcón del ayuntamiento como todos los años, ahora que el rey negro ha aprendido a decir porqué no te callas. Se han avistado otros reyes magos pequeñicos subiendo a otros muchos balcones, y al reno luminoso se le han fundido las luces de la cabeza. Ya sabéis que Ramón, el dueño del reno, fue testigo casual de la boda de los reyes de España en Grecia porque aquel señalado día pasaba por allí. Hay que acabar rápido las obras de las calles del pueblo y el albergue, y hemos de encargar banderitas de España para todos, porque cualquier día se nos presentará aquí la cabalgata de los reyes de España si aceptan la invitación.

A los pocos segundos de comenzar cada año ya nace algún niño en algún sitio. Pues aquí el primer bebé de dos mil ocho no tiene mucha prisa. Para mayo se espera un niño masino de padres rumanos, y poco después otro de padres argentinos. A este paso, dentro de doscientos años no se quien se podrá encontrar aquí un depósito de agua, si casi no habrá nadie.