Charradicas
Miguel Ángel Royo Sorribas

Estaban en Algeciras una tarde Carlos de Tarragona y Devi de Inglaterra y pensaron que era el momento de cambiar de aires, que se iban a mudar a un sitio nuevo con tres condiciones: tener calidad de vida sin trabajar demasiado, tener un clima seco para no padecer reuma y poder escuchar a los pájaros. Viendo el mapa de España señalaron la provincia de Teruel. Se fueron, de Algeciras a Alcañiz, bordeando el Mediterráneo. En Alcañiz le preguntaron al primero que vieron si sabía de alguna casa barata. El hombre era aguavivano y los mandó hacia Aguaviva. Al pasar por el Mas decidieron visitarlo. Vieron el bar de La Bellota y decidieron entrar.

J.M.Martín, Patrizia y Mª José.

Allí estaba debajo de su gorra José María Martín Jasanada de Abenfigo, artista total, escultor soldador, pintor etrusco, agricultor bio ecológico, músico rockero, compañero de María José, padre de Patrizia y ahora agente inmobiliario, que como un gran imán les había atraído desde el estrecho de Gibraltar y les vendió un pajar en la replaceta del Portillo.

Con una buena promoción publicitaria, una página web en condiciones y algo de interés por triunfar, la divertida familia de José María, María José y Patrizia no sólo atraerían a gente de lejos por casualidad. Vendrían a posta en peregrinación admiradores de todo el mundo a ver su obra surrealista, a ver sus huertos biodinámicos, a ver sus espacios de creación integrados en Abenfigo, pero José María dice que está bien que haya gente que conozca su obra, pero no demasiados. Pronto presentarán “Performarting” en la Casa Feliú, su nuevo espectáculo multidisciplinar. En este proyecto nos ofrecen sus curiosas esculturas hechas con polliganas y jadas de ganchos viejas, sus obras de chatarra y piedras con títulos muy chocantes y los cuadros que pintan sus mujeres. Se mezcla el audiovisual moderno en pantalla plana con la bicicleta robellada que se convierte en dinosaurio, la fotografía de desguace, la música acústica y la danza erótica. Ya pudimos apreciar su imaginación y su sentido del humor cuando la pasada exposición en el Palomar, pero lo que nos sugieren para este verano lo supera todo.

J.M.Martín en "el tapial del corral", su museo particular.

En Abenfigo Martín tiene un corral museo, del que cuenta que ha habido personas que han salido de allí llorando, de emoción. Tiene en la entrada al pueblo a mano izquierda, en la partida de los Cerraos, un taller de creación artística. Recuerda al del anuncio de Aquarius que se hace él sólo una catedral con material de derribo. José María va trabajando con lo que encuentra y va construyendo su espacio donde desarrollar su imparable creatividad. Cultiva una colección de más de ciento cincuenta especies de árboles; el arca de Martín para salvar los frutales en caso de diluvio universal. Sólo de nogales tiene doce clases diferentes.

Ahora que están de moda las ciudades lentas del movimiento slow, que han creado un nuevo concepto de vida más tranquilo, con total relación entre el hombre y la naturaleza, según la permacultura de Bill Mollison, Abenfigo puede ser el referente más auténtico de esta filosofía contraria a la velocidad, el pueblo de la lentitud procesal, la cara opuesta de Fernando Alonso, ¿estáis o no?

Como Dalí en el Cabo de Creus y César Manrique en Lanzarote, Martín es el artista autóctono de Abenfigo y es también un cachondo mental.