Los troncos fósiles, patrimonio de nuestro pasado
Edurne Guevara
(Más información en www.elmasino.com/cazarabet/pais2)

Se encuentran en la partida de "El barranquillo" en el término municipal de Castellote.

El Grupo de Estudios Masinos se convirtió hace unos años en un grupo de investigadores, pero sobretodo de exploradores, que alcanzó la alegría científica de descubrir en el término municipal de Castellote un singular yacimiento de troncos fósiles…antiquísimas coníferas muy posiblemente arrastradas desde su lugar de vida hasta El Barranquillo bajo el efecto de alguna riada.

En 1993 se muestra el yacimiento a un equipo del Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza liderado por el catedrático de Paleontología Dr. Eladio Liñán. Los valores de este yacimiento, que aquel día se determinan, van desde sus fundamentos científicos hasta los que abarcan el abanico cultural, pasando por la repercusión e implicación social que conlleva el tener el privilegio de descubrir rincones como éste o el ser un pueblo que aloja estos tesoros.

El Museo del Mas de las Matas consiguió una subvención que se empleó para analizar muestras de los troncos en el laboratorio de paleobotánica de la Université Pierre et Marie Curie de Paris.

Fue la Dra. Denise Pons, especialista en flora mesozoica, quien, gracias a las muestras, evaluó el yacimiento.

Mediante este proceso emprendido por el GEMA podemos saber que entonces sólo había un trabajo sobre los troncos fósiles mesozoicos; pero aquello que más les llamó la atención (a los miembros del GEMA) fue que el trabajo ése se centrase en unos yacimientos de Seno y de Ladruñán…dos poblaciones muy cercanas a Mas de las Matas.

Los troncos fósiles del Barranquillo son motivo de visita para curiosos y especialistas

Nuestros exploradores versus investigadores del GEMA, teniendo en cuenta ese trabajo de Lemoigne y Marin, intentaron encontrar sendos yacimientos, pero sólo consiguieron hacerse con restos fósiles ya fragmentados.

Tampoco es que existan muchos datos a nivel de la paleobotánica en lo concerniente a las coníferas mesozoicas…así que el Yacimiento de El Barranquillo se convertía en un punto de alto interés para la comunidad científica (gracias , sobre todo, a que las porciones de restos son considerables para la realización de estudios y analíticas), además se respalda este determinante hallazgo científico por otro que viene determinado por la situación de la Península Ibérica ,como puente paleo geográfico, siempre tenido muy en cuenta en el estudio y posterior conocimiento de la distribución de los bosques mesozoicos.

Sobre todo el estudio de la Universidad de Zaragoza se marcó dos directrices: mirar de reconstruir qué le pasó al árbol desde su muerte y hasta su descubrimiento y tratar de determinar el género y la especie de los animales encontrados.

El trabajo del GEMA se encaminó (bajo el asesoramiento científico) a acondicionar y darle forma al yacimiento con la excavación, la protección y la divulgación.

El viaje de una conífera desde su bosque hasta ser pieza central en un yacimiento fósil…

Este árbol forma parte de un bosque Cretácico que vive en torno a un río; llega un día como en todo ser vivo en que se muere: entonces el árbol va perdiendo su corteza mientras que unos pequeños artrópodos lo parasitan; los ríos sufren, de vez en cuando, crecidas, en una de ellas el tronco es arrancado del suelo, esto es fácil porque las raíces al estar podridas oponen poca resistencia a la fuerza de las aguas del río; con el trasiego, aguas abajo del río, las ramas del tronco se separan de éste… llega un momento en que las aguas ya no tienen suficiente fuerza como para desplazar el tronco: éste se embarranca y poco a poco es cubierto por sedimentos. Aquí empieza una nueva etapa en la vida inerte del tronco junto con los sedimentos… Así, la mayor parte de materia viva y orgánica es transformada en materia mineral. Al cabo de muchos, muchos millones de años la erosión ha hecho su trabajo y un buen día, el tronco, vuelve a la luz.