Tarde de Viernes Santo,
tarde típica española,
pasionarias y manolas
han cubierto sus encantos
y las rojas amapolas,
de sus rostros, han hecho llanto
del carmín de sus corolas.
….
Dejadme que encapuchado
os siga yo despacito,
quiero ver si resucito
del sopor en que he quedado.
Podéis apagar las velas
y subir las celosías,
la oscuridad no os repela,
yo seré vuestro vigía.
La procesión se ha deshecho,
ya pasó el Crucificado,
ya no me golpeo el pecho,
ya no soy encapuchado.
…
Hermosa tuvo que ser
la manola de aquel día,
en el cielo rosicler
todo se trocó ambrosía.
La luna posee el drama
de aquel día de Pasión
y la de aquella dama
asomada a su balcón.