25 años de EL MASINO

Hace ya 25 años que estas páginas que tienes en tus manos, querido masino, pululan, vuelan, viven por ese mundo. Desde nuestro querido pueblo a Zaragoza, Teruel, Huesca, Barcelona, Madrid, Valencia, New Jersey, New York, Washington, Londres, París, Chile…”El Masino” se ha extendido como una plaga beneficiosa manteniendo “el masinismo” que a todos los que recibimos la carta mensual nos une.

Los cuatro mosqueteros que en aquel año iniciaron la hermosa aventura de unir a todos los masinos una vez al mes, no sospechaban que su “hermosa locura” iba a durar tanto tiempo. A Antonio Serrano, a Mariano Sorribas, a Alfredo Monforte y a Eugenio Añón, desde aquí muchas gracias. Y al GEMA y a Mas de las Matas ¡Felicidades y Enhorabuena!

Ha sido ésta, una empresa que ha merecido la pena. Hoy día, todos nos sentimos orgullosos de tener un hijo, un hermano, que nunca se enfada, ni nos insulta y siempre nos mantiene con buen humor y al que esperamos cada mes ansiosos para ver qué nos cuenta.

“El Masino” ha pasado por varias etapas en las que según qué equipo lo confeccionaba, marcaba sus intereses. No siempre ha sido aséptico y en algunos momentos se notaban ciertos intereses espúreos. Pero, bueno, eso pasa en las mejores familias.

También ha habido épocas en que el cansancio y el sobrepeso de trabajo en el grupo, ha hecho que saliera por salir, por no faltar a la cita mensual, e incluso con alguna que otra metedura de pata, entre otras, la contestación a una carta que nunca se publicó sobre el tema del agua ¡qué pasada!.

Desde su fundación siempre hubo voluntad de colaborar con las instituciones, ser aséptico. No juzgar con acritud y evitar los enfrentamientos. Creemos que se ha conseguido salvo alguna mancha, pero la verdad que todas las entidades locales han colaborado en esta empresa: Ayuntamiento, Iglesia, Alfarda, Colegio Público, entidades bancarias,...

Para terminar, un deseo: Seguid apoyando a “EL MASINO” como hasta ahora. Gracias y otra vez ¡Felicidades para “EL MASINO” y sus lectores!

 

Contraeditorial

Cuando se repartía gratuitamente EL MASINO, estaba claro que a todos no les gustaba. ¡Qué le íbamos a hacer! Por eso "según decían" había gente que lo estaba esperando para llevárselo al water, otros para envolverse el bocadillo y otros para jurar en hebreo contra los que lo hacían por el derroche que pensaban suponía.

Pero nosotros, a lo nuestro que era ir contra todos los que refunfuñaban y "movían" a las familias de los que hacían esas "tonterías" de “EL MASINO”. A ellos también ¡Felicidades!