En su carrito un niño que grita,
tres preciosas mujeres que pasan,
algún hombre luciendo barriga,
jóvenes alegres y hermosas
paseando repletas de vida.
Mayores, fotógrafos, vecinas,
luz, ruidos, colores y música.
Avanzan muy lentas las carrozas,
recorriendo el sabido trayecto,
repartiendo confeti y regalos,
contagiando risas compartidas.
Es de las fiestas lo más vistoso
por su bellísimo colorido.
Premiado el esfuerzo ilusionado,
cumplidos fantasías y sueños.
¡Mira, ésa es la niña de Luisa!
¡Aquéllas las de Araceli y Pepa!
Son las fiestas mayores muy vivas,
vestidas de quimeras, promesas,
reencuentros, risas, fantasías.
De gente rodeado y apretado,
intento absorberlo y asimilarlo.
Me arrastra la viveza fiestera,
con la diversidad de personas,
con su esperanza, con su bullicio.
¡Viva la gente, vivan las fiestas!
¡Que dure por siempre la alegría!