El regreso del Comendador

Mi primer Comendador

Edurne Guevara

Crónica memorística de un fin de semana sumergido, de repente, en el Siglo de Oro.

La primera vez que llegué al Mas, lo primero que me llamó la atención fue su torre, desafiando, a la vez, a las leyes de la gravedad y al cielo. Luego estaban, y están, sus casas cuadradas y presenciales con grandes y altas puertas en sus cocheras….se nota que se cultiva el cereal y la huerta.

En el paseo por sus calles me alegró ver la novedad, para mis ojos, de las acequias con su particular entramado, digno de un esquema de Instituto. El molino harinero me fascinó tanto que, hasta el día de hoy, se ha convertido en todo un referente….el Mas y la fuerza del agua con su Guadalope (un río siempre da mucho de qué hablar y mucho más de qué escribir)…una forma de vida y de concebir los recursos naturales que no deberíamos de olvidar ni los que nos venimos, asomándonos, al Mas; ni los que sois vecinos y vecinas de esta Villa. De un modo u otro hay que aferrarse, con respeto y cariño, a aquello más nuestro para que las generaciones futuras sepan más y mejor mantener sus raíces en el pueblo que les vio nacer a ellos o a sus padres. Día a día, paseo a paseo…excursión a excursión, siempre encuentro rasgos distintos e igualmente entrañables que no cesan de llegar, sorprenderme y acrecentar mi ánimo para esta Villa. Esto, si la suerte lo permite, lo iremos desgranando poco a poco….desgranando y compartiendo.

De todas formas, todos los que me hablaban del Mas y me explicaban sus fiestas, tradiciones y demás….acababan por hablarme de la fiesta en la que se conmemoraba, y recordaba, al Comendador que llegó por estas tierras en torno al 1661. Su historia: o bien la dejamos para los que realmente saben hablar con propiedad de ello, o bien lo iremos desgranando, a modo de reportajes, en futuros reportajes y en prósperos Regresos del Comendador.

Así y de esta forma transcurrió el verano hasta que llegó el Septiembre y el fin de semana en que la villa se sumerge y se transforma en el Siglo de Oro. Hasta la lluvia,FOTO ALFREDO amenazante y lacerante, se paralizó ante los festejos, recreaciones y escenificaciones programadas por el Grupo de Estudios Masinos…..otros que pueden dar mucho juego.

Algunas de las escenas, de aquellos días, todavía se siguen reproduciendo en estos días ya presentes….lo que hace que los recuerdos sean imborrables y, a la larga, inolvidables

Los espadachines blandieron sus espadas y sus roperas, en combates que poblaban de admiración y curiosidad, a las miradas de masinos, masinas y foráneos. Los más menudos pobladores del Mas abrían la expresión de la cara como si sus aventureros de la “play station” saliesen, postrados en tres dimensiones, de la pantalla. Otros, los muchos ciudadanos adultos, aquellos que padecen el “síndrome de peter pan” se imaginaban al Capitán Trueno, a Scalibur, a Sir Lancelot y toda su “trouppe” de la mesa redonda o a los propios protagonistas de las aventuras, escritas y descritas por la pluma de Alejandro Dumas..….quizás el francés, recobraría su fascinación e inspiración literaria, deslizándose en una reencarnación como ciudadano masino. Le haremos un sitio, como visitante, en la esperada edición del año que ha de venir. Por cierto, hablando de literatura, quién sabe si el dibujante de las aventuras de Alatriste (personaje de Arturo Pérez Reverte), Joan Mundet, se inspira, en sus visitas a El Comendador, año tras año viendo, contemplando y estirando su fascinación viendo a los espadachines cruzar sus aceros.

FOTO ALFREDO

Pero volvamos al arte de blandir la espada y a sus maestros espadachines capitaneados por el honorable Capitán Bomprezzi... La esgrima llega al Mas desde tierras, bien adentro, de la meseta. Estos aficionados al arte de la esgrima antigua viven este fin de semana como si Wells les hubiese abducido en una máquina del tiempo. Más que sumergirse en la escenificación masinas versus El Regreso del Comendador, se implantan en su papel y demuestran su acérrimo arrimo a una época que sienten muy adentro….las diferentes exhibiciones siempre levantan expectación….

El viernes noche, como antesala al día en que el Comendador viene a tomar posesión del Mas, en la Iglesia Parroquial que se rinde ante la Degollación de San Juan Bautista tiene lugar un concierto de música de cámara con instrumentos que retornan, como no , al renacimiento. Es una música de las que te hacen respirar hondo….este año, y es el segundo año que visitaban el Mas, nos salpicaron de satisfacción musical los integrantes de la INESTABILE CONSORT de Zaragoza….Un placer para los sentidos que a más de uno ya nos sumergió dentro de un fin de semana lleno de sorpresas, tribulaciones y esas incontenibles ganas, después del ajetreo, que invitan a regresar, como hace El Comendador. Efectos parecidos, y muy cargados de intensidad, se vivieron en la Misa del domingo, un espacio brindado a loar el canto sacro en latín…..los protagonistas, impecables, fueron las voces de la coral Polifónica Alcañizana.

El Mercado Barroco, es un tiempo especial para el pueblo llano de aquella época….y lo sigue siendo para el que lo puebla ahora. Es como si, de pronto, todos fuésemos un poco más iguales en todo y por todo. Es el corazón de la fiesta a lo largo de plazas, calles, rincones y las cocheras y almacenes que atienden, albergando, numerosas escenificaciones de un tiempo en que todo era mucho más natural. El alambique de los artesanos del aguardiente de Prat de Comte contó con numerosos admiradores que, además, pudieron probar el apreciado brebaje y adquirir unas botellas, cuyo contenido, dicen los entendidos, puede hacer cantar a los más callados…tiempo. Éstos compartían espacio y taller con los inventos artesanos de José Miguel en el arte del trabajo en piedra, madera….un entusiasta que transmite esa pasión a todos los que se acercan a visitarle.

La cena, bueno, con unas ochocientas personas todas vestidas como en la época, evoca mucha cosas…todo muy estudiado y planificado….hasta la sorprendente aparición de los malabaristas que gustaron y se entregaron a un público deseoso de impregnarse en la fiesta renacentista como el pueblo romano lo hacía en el Colisseum….aunque aquellas gentes, muchas de las veces, asistían a unos espectáculos más bien….eso es otra historia. Actuación del grupo de música de cámara INESTABILE CONSORT

Después de la cena, le llegó el turno, previamente al baile, el espectáculo de los Correfuegos de Castelserás. Hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien con el fuego, el ruido, las chispas, la gente, sus caras de susto, las de sorpresa, las de admiración….o las de verdadero frenesí por un espectáculo que más de uno lo llevan impregnado en la piel. El juego con el fuego y el ruido es una verdadera pasión que se apodera hasta de la ilusión…haciendo que ésta se motive aún más…es como un “prozac”, pero mucho más divertido y más fácil de tomar. Además estos danzantes de Castelserás, del fuego a ritmo de “tabalet” y “dolçaina” destilaban un empeño por agradar que se viera del todo saciado….culminaba, con esta rua de chispas, corrillos y danzas bajo un ruido luminoso, un sábado cargado de escenificaciones. Sábado que empezaba lloviendo gotas de agua, como envenenados aguijones, y que se cerraba con una lluvia de chispas, encendiendo el ánimo masino en tiempos renacentistas.

La mañana del domingo amanecía con un cielo azul ,destilado y limpio, aunque en algún rincón, de esto que llamamos cielo, ya se dejaban ver algunas pocas nubes con mal aspecto: espesas, saciadas, coloreadas de mal color y con peor augurio….A la salida de la Misa, cantada en latín, alguna gota, sumisa y solitaria, cayó ante los ojos temerosos de los que admiraban el espectáculo espadachín y de los que se sumergieron en la Rua de despedida a Fray Ramón de Perellós, el “Comendador”, pero la lluvia volvió a ser, otra vez, una vana amenaza. Que tiempo hay para llover durante todo el año y para todo: siempre hay días mejores.

El domingo era un grato espectáculo ver a las gentes tomar el aperitivo en las distintas tabernas apostadas en el recorrido del Mercado, mientras tanto otras se cocinaban esmerados manjares que, después, se dispusieron a compartir en largas mesas preparadas en las respectivas calles.

La Villa del Mas de las Matas, fue tomada la tarde del domingo, por los Abanderados de la Ciutat de Tortosa….un espectáculo de tambor, dulzaina y juegos, cargados de color y sorpresa, con las banderas gremiales de la antigua ciudad amurallada surcada por el Ebro. La gente no sólo acompañó a la Rua, …la gente sintió, como nunca, como si este espectáculo fuese parte, ya, desde siempre y de ahora en adelante, del recuerdo de la conmemoración del III Regreso del Comendador.

Éste ha sido mi primer año de estancia en esta Villa por esta fiesta, pero, por muchas cosas, no será el último. Tiempo y ánimo en el camino que a unos y a otros---ahora me refiero al GEMA—les queda y nos queda por vivir en adelante….todo se puede y se debe mejorar, pero la valiente intención de darle al pueblo una fiesta para el pueblo….siempre vale la pena. La recompensa está en la mirada de los que participaron en el “Correfoc”, en los que asistieron a los conciertos, los que se motivaron y soñaron con los espadachines, los que contemplan al pueblo con el pueblo en el mercado, o los que disfrutaron, como niños que nunca dejamos de ser, en la novedosa recreación de los abanderados.

Que el tiempo os reserve fuerzas para el año que ha de llegar un nuevo Comendador…