El regreso del Comendador

Homilía de la misa

Alfonso Belenguer

Sr. Comendador de Castellote Fray Ramón de Perellós y Rocafull, Sr. Procurardor Comendador de Aliaga Fray Juan Bautista Fandos, Sr. Justicia de la Villa D. BIas Ballester, Srs. Jurados, Srs. Consejeros, Sr. Notario, Sr. Almutafaz, Sr. Alguacil, Srs. Escoltas. Comunidad de Hermanas de Santa Flora. Cofradías y Gremios. Hermanos y hermanas.

De nuevo y con renovada ilusión saludamos la fiesta de El regreso del Comendador que nos acerca a la memoria de nuestra historia, la historia de nuestra familia, de nuestro pueblo, de nuestra Parroquia. La historia siempre es maestra que nos trae un caudal grande de experiencia para vivir el presente, la historia es también juez para no repetir los errores y aprender a vivir con aquellos valores y actitudes que siempre han traído paz y progreso en todos los órdenes de la vida.

Sr. Comendador, la Fiel Villa de Mas de las Matas asume toda su historia, con sus luces y con sus sombras, luces y sombras que están en cada uno de nosotros y en los que nos precedieron. Y quiere vivir el presente con alegría y esperanza. El presente prepara el futuro.

Sr. Comendador, la Parroquia de San Juan Bautista se llena de gozo al celebrar esta Eucaristía con vuestra presencia, su procurador, las autoridades de nuestra Villa y el pueblo entero.

Todos los años su visita nos depara alguna sorpresa.

El primer año, la sorpresa fue ver la respuesta de todo un pueblo a la iniciativa del Grupo de Estudios Masinos. Dicha respuesta entusiasta va en aumento como comprobamos el año pasado y hoy mismo.

Pero ... ¿qué nos sorprende?, si las cosas son así, es porque el pueblo es así.

El año pasado la sorpresa fue la reproducción del retablo ante el que rezaron nuestros mayores. Este año el recuerdo de nuestras cofradías y gremios. Aquí están sus estandartes: San Pascual Baylón, La Mateva, La Coronilla , El alma, San Roque, el Gremio de Ganaderos, Santa Águeda, el Gremio de Taberneros, El Carmen, San Joaquín y Santa Ana, San Juan, La Pacheca.

Una nueva iniciativa y una respuesta espléndida que merece una felicitación a quienes han hecho estos estandartes realmente preciosos.

Esta recreación de las cofradías nos recuerda las antiguas cofradías de nuestra Parroquia:

En 1547 se funda la cofradía de San Juan y San Sebastián, fundada por D. Pedro Monserrate, Comendador de Castellote. Es la más antigua y emblemática.

En 1596 cofradía de la Virgen del Rosario.

En 1626 cofradía de San Antonio y Santa Ana.

En 1666 cofradía de Santa Flora.

En 1758 cofradía de San Félix.

En 1833 cofradía de la Virgen de los Dolores.

También existieron aunque no sabemos la fecha de fundación, las de Santa Bárbara, San Blas, Santa Águeda y la del Santísimo Nombre de Jesús.

Los que nos han precedido vivieron la fe asociados en estas hermandades para vivir la esencia de nuestra fe que es la fraternidad. Una fraternidad que nace de ser Hijos de Dios. Cofradía quiere decir fraternidad, hermandad, un grupo de personas que se unen en hermandad bajo el nombre y patrocinio de un santo para ayudarse mutuamente y ayudar a los más necesitados, en definitiva para vivir la fe y la caridad que es la esencia de nuestra fe. Los cristianos siempre han entendido que Dios nos quiere como pueblo, como familia, todos unidos formando un solo pueblo, parroquia, comunidad. No se puede vivir la fe solos, despegados de los demás. Con nuevas formas hoy también vivimos la fe así. Pensemos en los grupos de nuestra Parroquia: Consejo Parroquial, Junta de la Fundación, Junta de Santa Flora, Grupo de catequistas, Amigos de Santa Flora, Grupo de Cáritas, Grupo de ornato y limpieza de la iglesia, Coro Parroquial, Coro Juvenil, Grupo de Liturgia, Asociación del Corazón de Jesús, Hermanas Carmelitas Vedruna ... y la gran cofradia, la gran hermandad que nos une a todos: la Parroquia.

Los Santos, nuestros amigos y hermanos son ejemplo de fraternidad para nuestros grupos, los santos que veneramos en la iglesia, en los peirones, en las ermitas, en las calles, en los estandartes, pocos pueblos tendrán unas hornacinas tan bien restauradas, cuidadas y dignas en sus calles.

Como recuerdo de nuestras antiguas cofradías ha traído el único líbro que nos queda de nuestro antiguo archivo parroquial: el libro de la cofradía de Santa Bárbara que comienza en el año 1885, firman las primeras cuentas Ginés Ginés como cura y como tesoreros María Castañer y Jacinto Gasión. La primera cofrade que figura es María Moliner Gasión y desde 1885 hasta 1960 figuran 1252 cofrades.

Para vivir la fraternidad nos alimentamos de la Palabra de Dios y de la Eucaristía. Hemos venido esta mañana a compartir este Alimento y la Iglesia nos ha servido el Pan de la Palabra que ha preparado para este domingo 26 del Tiempo Ordinario. En la primera lectura se ha proclamado: "La sabiduría que viene de arriba es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y sincera.". Con esta Sabiduría que viene de Dios podemos vivir la fraternidad.

En la proclamación del Evangelio se nos ha dicho que Jesús se sentó para decir a sus discípulos algo muy importante: "El que quiera ser el más importante que sea el último de todos y el servidor de todos". En esta fiesta hay muchos servidores, hay muchos últimos que trabajan por los demás y contribuyen a que esta sea una fiesta de paz y alegría. Jesús muerto en la cruz por nosotros es el último de todos y el servidor de todos y por eso es el más importante.

Sr. Comendador, como ha podido comprobar esta Villa está feliz, esta fiesta tiene un espíritu propio, distinto y mágico. Tiene la virtud de sacar lo mejor de nosotros, las calles se llenan de niños, jóvenes, adultos y ancianos que ofrecen lo mejor de sí mismos. Todo son saludos y sonrisas, la belleza y la elegancia son la nota dominante.

Sr. Comendador, buena Encomienda tenéis. Estamos orgullosos de nuestro pueblo. Que vuestra próxima visita nos depare nuevas sorpresas. Nosotros deseamos vivir siempre con el espíritu de este fiesta: vivir la fraternidad en la familia, con los amigos, en la cuadrilla, en la peña, en la asociaciones, en la parroquia, en el pueblo. Tenemos motivos para la esperanza.