El Comendador en la Televisión Aragonesa
José Luis Oliveros

Hay momentos exclusivos, de esos que sólo ocurren una vez cada mucho tiempo, en los que participar no deja de ser un cierto privilegio, una sensación de la que será difícil olvidar en años.

Uno de esas fechas claves, que más tarde aparecerán en las crónicas aragonesas, fue el 21 de abril, por la inauguración de la Televisión de Aragón, la autonómica.

Y ahí hubo una representación masina, un grupo de personas dando a conocer “El Regreso del Comendador”.

La representación masina se fotografió con Marcelino Iglesias.Si, aunque solo fuera por la presencia durante escasos minutos de una veintena larga de personas, encima del escenario, simplemente ‘haciendo bulto’. De la provincia de Teruel tan solo estaba representado, a parte de los masinos, la Ruta del Tambor y del Bombo (seis personas de Calanda, con quienes compartimos autobús), Dinópolis y los Amantes de Teruel, además de un guiño a los actos carnavalescos del Matarraña. Es aquí donde cobra importancia la presencia de un grupo tan numeroso pese a que muchos de los asistentes en la gala y en la retransmisión televisiva se preguntara qué pintaba esa gente en ese momento con esos vestidos y precedidos con la frase “larga vida al Comendador” anunciada por el pregonero, el Toño.

La presencia en la gala no deja de ser un acto de publicidad y de darse a conocer. En este caso (y por lo que pudimos comprobar) gracias a una de las tantas personas entusiastas de su pueblo: Ana Cris López quien se empeñó en la presencia de ‘los comendadores’ en un acto tan singular. Y luego, claro está, a quienes dejaron todo durante unas horas para acudir hasta Zaragoza.

La experiencia fue inesperada, ‘distinta’. Para conocer por dentro el mundo del espectáculo: ajeno, distinto a todo. Fuimos con una idea y se transformó, en segundos, en lo que salió finalmente. Compartimos escenario con artistas y entusiastas como nosotros y con ‘estrellas’ aragonesas como Loquillo o Monserrat Martí (hija de la Caballé). Comprobamos que el mundo del espectáculo y de la clase política –presente, lógicamente-, también ‘dan cuenta’ de los aperitivos o vino español, puesto que a nuestra llegada, después de cambiarnos, no queda absolutamente nada en las mesas; así que, si quieres cenar, a comprarte algo en el bar de la esquina para coger el bús (harto de esperar) para llegar a casa a las 2 de la madrugada.

Es fácil la comparación y no deja de ser llamativo que, después de ver recientemente en Televisión Española las conmemoraciones por los cincuenta años desde el inicio de las retransmisiones televisivas en España, con las imágenes en la retina de los ‘coros y danzas’ en la actuación de aquel 1956, de aquí a otros tantos años, se vea un grupo de masinos haciendo el paripé en la tele.