A la desdichada generación de niños que les ha tocado vivir sin un triste columpio en Mas de las Matas, el alcalde les promete un bando esperanzador. A sus disgustados padres que les ha tocado viajar a otros territorios para que sus hijos conozcan un extraordinario aparato llamado tobogán, Juan Carlos les hecha un toque para que en las próximas municipales recuerden al que consiguió en los prolegómenos del siglo veintiuno que los zagales masinos conocieran la acción del manchinamiento; nuestro alcalde va camino de solucionar con sabiduría, una carencia que hemos arrastrado desde que se hicieron los resbalizadores en el molinico.

Angelines Mir fue entrevistada por Raúl Vallés de la Cañada de Verich, el barbas calvo del Canal Bajo Aragón que también entrevistó hace un tiempo al Gazulla. Angelines habló mucho del pueblo, recordó a su mamá Julia y a su papá Ángel, a toda su familia y a los trabajadores de su concesionario de Seat en la Calle de Alcalá, contó lo de las chocolatas a los niños, explicó lo de los militares, cuando en el año noventa estuvimos haciendo la mili en Madrid unos cuantos masinos y teníamos el cuartel general en su casa, contó lo del Ramón Cantisano, la legión y lo del Sargento Saseta, y mientras tanto el señor Vallés le preguntaba por la mano física de Jesucristo. Jesús Quintero fliparía si viera este documento.

Aunque ya estemos en pleno mundial, Eduardo Siles me recuerda que ponga que se juntaron en la cope el día de la final de la Champions la afición blaugrana del Mas. Eduardo, José Alberto Doñate, Gaspar, Juanín, etc. les tenemos que dar nuestra felicitación; lo pasaron de cualquier manera, pero al final se llevaron la copa, y el jueves siguiente todos muy contentos, pero a trabajar.

Entre la epidemia de paperas y el tentadero del Teo en Castellote han estado de baja la mitad de los jóvenes masinos. Si piensas ir a torear a Castellote es aconsejable que te hagas un seguro de accidentes, porque últimamente no hay quien salga sano de allí.

El seis de junio del año seis se anuncia que se van a la vez todos los directores de las cajas del pueblo, Emilio, Ignacio y David, y algunos ven en esto una señal del apocalipsis, del anticristo y del ángel exterminador. ¿Y si ahora no nos mandaran directores nuevos? Los más pesimistas dicen que este pueblo es una velica que se apaga, y que vamos para abajo a pasos de gigante, que aquí ya sólo quedan cuatro abuelos y el apuntador que también es pensionista, y que si no nos mandan pronto sustitutos para dirigir las sucursales, será mala señal; se piensa ya en cerrar el pueblo para que nadie entre ni nadie salga, y dicen los más pesimistas que habrá que decidir si autoabastecernos o pegarnos fuego.

Para los optimistas decir que ha nacido Carlos Folch Cirujeda, el más joven del pueblo hasta que otro le quite el puesto, que bastantes hay en camino.