Charradicas
Miguel Ángel Royo Sorribas

Este mes vamos deprisa y corriendo para que pueda salir cuanto antes EL MASINO a ver si lo podéis tener en vuestras manos el próximo día doce de abril. Quiero avisaros para que compréis todos el cupón de los ciegos a ese hombre que viene siempre desde Alcañiz a vender. Llevará varios cupones con el número 27.473; ir a comprarlos porque estoy completamente seguro de que va a tocar una morterada en ese número, treinta y cinco mil euros justos a cada cupón. También quería avisar al zaragocismo masino, sobre todo al Mayayo, al Troncho, a su cuñado, al Capilla, al Julio Sisqués, al Rubén, al Pepe y al Héctor Puig, en fin, al Tugurio, la Zalaya y la Farfalla en general, que si vais a Madrid a ver la final aprovechad y pasadlo bien antes del partido, porque nada más que empiece me da en la naríz que se os acabará la fiesta porque esto a mí me huele a paliza del Español, cuatro a uno o por ahí. Aviso también, aunque poco se pueda hacer aún sabiéndolo, porque durante las noches del lunes y del martes santo va a helar, y las manzanas y los prescos peligran mucho. Lo malo es que entre llevar esto a la imprenta y repartirlo igual os llegan tarde estas premoniciones tan gordas que tengo.

La gente no se fía y se come la rosca en casa, aunque se tranquiliza a la parroquia y se anuncia que Santa Flora va a recibir un empujón, de dinero será, porque según como sea el espentón se nos va a abajo del todo. Ahora que la plaza está llena de andamios, cuando acaben podían cambiarlos de templo y emprender la restauración definitiva de la ermita.

Anabel Royo ha estado durante la Semana Santa en la casa Feliú abriendo al público nuestro nuevo centro asociado de Dinópolis, explicando mil veces que ésto que véis es el reloj del tiempo, un aparato que da vueltas y vueltas y mueve unas ruletas, poco a poco, con mucha paciencia el reloj y Anabel.

Y luego eso que oís es un teléfono negro antiguo que os explica cosas de la erosión de la tierra, y esto es un nautilus, y está ahí para que lo toquéis y comprobéis los cacho caracoles que se criaban en este terreno hace cien millones de años, cuando por aquí estábamos en el fondo del mar, matarile rile rón.

Y la gente comenta que si bajáis por aquí veréis un volcán que tienen guardado en el caño, y unos críos dicen que ésto es una piedra, y eso un bolo gordo, y eso otro una chinica, ésto un ripio y aquello un pedrusco, y unos padres comentan que casi todas las piezas son de importación, porque del Mas apenas hay nada, con la de fósiles chulos de aquí que tenemos nosotros en casa. A la gente se le nota muy orgullosa de nuestro museo, tan moderno, que parece sacado de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia.

Tengo otra premonición; el próximo viernes día 21 de abril irá una expedición masina de gaiteros y de gente con disfraces del comendador para inaugurar en Zaragoza la nueva televisión autonómica de Aragón. A ver si os vemos y os oímos por la tele.