El regreso del Comendador

Homilía de la misa

Alfonso Belenguer

FOTO ALFREDO

Sr. Comendador de Castellote D. Ramón de Perellós y Rocafull, Sr. Procurador D. Juan Bautista Fanlos Comendador de Aliaga, Sr. Justicia de la Villa D. Blas Ballester, Sr. Notario, Sres. Jurados, Sres. Consejeros, Sr. Almutafaz, Sr. Pregonero y Escoltas.

Queridos feligreses de la Parroquia de San Juan Bautista y vecinos de la Fiel Villa de Mas de las Matas.

De nuevo esta villa hace gala de su categoría humana y elegancia al tributarle un recibimiento como el que el Sr. Comendador tuvo ocasión de apreciar ayer.

Mas de las Matas es una Villa entusiasta de su vida, de su pueblo, de sus costumbres, de su historia, de sus derechos, obligaciones y libertades; que recibe con honor a quien viene a tutelar y defender esos derechos y libertades.

¡Buena encomienda tenéis señor!

Hoy nos sentimos orgullosos de tanto trabajo bien hecho, de tanta colaboración, participación, ilusión y alegría compartidas.

Participamos, estimamos y valoramos todo lo que hacen los demás para que todos disfrutemos de esta fiesta.

Sr. Comendador habéis visto esta villa feliz.

¡Buena encomienda tenéis, señor!

Esta villa agradece que esta mañana participéis de esta Misa con nosotros.

Igual que hemos engalanado nuestra calles y plazas, y nosotros mismos lucimos las mejores galas, nuestro templo parroquial luce todo su esplendor con esta hermosa reproducción de nuestro retablo mayor. Es el sueño de un monaguillo que se ha realizado. Cuando este monaguillo (que está entre nosotros) ayudaba a misa a D.José María Alfonso oía que decían que antiguamente en este iglesia había un retablo maravilloso y lo describían con tanta emoción que el monaguillo soñaba con poderlo ver algún día. Hoy los que conocieron aquel retablo lo pueden ver en esta reproducción y nosotros podemos contemplar donde rezaban nuestros mayores. En este retablo vemos el lugar del Sagrario, la escena de la Degollación de San Juan, el Padre Eterno, la palomica del Espíritu Santo, las imágenes de San Sebastián,

Santa Quiteria, San Jerónimo, San Pedro, San Pablo, San Gregorio, San Agustín, San Miguel, Santa María Magdalena y la Virgen de la Balma.

Un retablo es un espejo donde se refleja la gloria de Dios, la belleza de Dios y la vida cristiana realizada en hombres santos, en mujeres santas. Hombres y mujeres que nos ponemos delante como modelo de amor a Dios y al prójimo.

Este retablo es un gran tesoro, pero los cristianos no admiramos el arte religioso por el arte, ponemos el arte al servicio de la fe, de la celebración y de la vida cristiana para hacer visible la grandeza y la belleza de Dios y de su amor que ha sido derramado en nuestros corazones. Porque los verdaderos tesoros son: la Eucaristía, la Palabra de Dios, el Espíritu Santo y la Caridad. Los tesoros materiales pueden desaparecer, estos no desaparecen nunca.

La Misa es acción de gracias, esta mañana damos gracias a Dios por lo que estamos viviendo, damos gracias a todo el pueblo, a todas y cada una de las personas que han trabajado por los demás, a la Comisión Organizadora, al Ayuntamiento, al Grupo de Estudios Masinos, a todos.

El Grupo de Estudios Masinos nos ha querido obsequiar con esta sorpresa, es como un agradecimiento a todo el pueblo por su entusiasta participación en la fiesta del Regreso del Comendador.

Muchas gracias a Caja Rural que ha financiado la reproducción del retablo.

Quedará en nuestra iglesia como recuerdo de nuestra historia, de nuestra fe y devoción.

Los valores que estamos viviendo en estos días son: amistad, alegría, paz, convivencia, trabajo por los demás, participación, colaboración, servicio y todos ellos manan de nuestros verdaderos tesoros: Eucaristía, Palabra de Dios, Espíritu Santo y Caridad.

Quiero terminar con unas palabras que hemos escuchado en la liturgia de hoy. No las hemos buscado a propósito era lo que tocaba hoy. La palabra de Dios siempre da en el clavo. Son éstas: “Dadme la alegría de tener los mismos sentimientos, compartiendo un mismo amor, viviendo en armonía y sintiendo lo mismo. No hagáis nada por rivalidad o vanagloria; sed por el contrario humildes y considerad a los demás superiores a vosotros mismos. Que no busque cada uno sus propios intereses, sino los de los demás. Tened los mismos sentimientos de Jesús".