Charradicas
Miguel Ángel Royo Sorribas

Saben aquél que dice que en las fiestas del Mas va y se escapa la vaquica pequeña por la valla de la calle de San Roque, por el mismo sitio que por la mañana durante las carrozas se empujó al tractor que se quedó sin gasoil, y corriendo siguen a la res uno del Mas, uno de Aguaviva y uno de Castellote. ¿Quién la cogerá? Depende en donde te cuentan esta historieta tiene un final diferente. En Aguaviva dicen que si la pilló el aguavivano, que era el nieto del Federico Mestre. La historia continúa con la vaquilla del Teo arreando calle alante, casi replega a un abuelo de la Residencia que paseaba por allí, cruza la carretera, menos mal que hay una señal de tráfico que indica que por allí pasan vacas, y ya parecía que se perdería de vista como cuando se escapó el toro aquel desde la granja del Valero. Escapaba por el camino que siguen las procesiones a Santa Flora, pero ahí aparece el del Mas, Adolfo Cortés, de sobrenombre taurino similar al del niño de la Capea, corriendo como un descosido; tanto corrió, mic mic, como el correcaminos, que adelantó a la vaquilla y tuvo que esperarla, y esperó a los demás para que le ayudaran, porque un tio solo contra un bicho de estos, gana el bicho. Venían la hija del Bienve, su novio José Fernando, y el aguavivano y el de Castellote con un todoterreno y junto con el Adolfo tiraron detrás de la vaquica hasta el muro. Adolfo se lanzó igual que cuando Sandokan se lanzó sobre el tigre, y la atrapó en un puñao, luego vinieron los demás y le ayudaron a meterla en un corral cerca del cementerio, salvando momentáneamente la honra taurina de todo el pueblo.Mucha animación durante todas

En estos tiempos de revitalizada afición bovina, ahora que nos vamos volviendo un pueblo serrano, con toros ensogados y exhibiciones de ganado a todas horas, hay que prevenir para próximas ferias que no se nos escapen las vaquillas tan pequeñas; o bien las traemos todas gordas o se tapan bien las gateras, que no podemos exponernos al ridículo ante los demás pueblos por algo tan grave. Con dos heridos de consideración, Sara Borraz y el Rus de Alcorisa, nos estamos acercando ya a los pueblos de primera división. Pronto se pedirá plaza de toros en la istierza, y carteles de relumbrón.

Para que te hipnoticen hace falta ser voluntario y tener predisposición, y cuando alguien queda hipnotizado y empieza a hacer lo que se le ordena, por ejemplo, pintar el entablao y la fachada de detrás, ver a las majas de las fiestas en pelotas, matar ratones a zapatazos o amamantar a una albarca, la gente debe reírse de la situación y nunca de la persona. José Manuel Pastor tuvo mala suerte, porque ahora sólo recuerda que llevaba una zapatilla roja en la mano, pero no se acuerda de que vio a Vanesa desnuda.

Eduardo Siles en su papel de Cervantes.Recapitulando, la comisión cumplió con su misión y como con la llave de los quintos, ha dejado el listón más alto todavía. En una plaza siempre a rebosar, Pili y compañía atendieron en La Moderna, Araceli Tena y su marido nos presentaron a las majas en un escenario de impresión con la música con la que crucificaron los Monty Python a Brian; sonaron las músicas y charradas de Mayalde, y aprendimos a matar suavemente a un jabalí con un serrucho; ganó la carroza de Eduardo Siles con su perilla útil para dos fiestas consecutivas disfrazado de Cervantes; el colectivo de madres y abuelas reivindicó en otra carroza que para manchinarse a Aguaviva hay que marcharse, y si no fuera porque sabíamos que aún faltaba un mes para que regresara, parecía que la carroza de las majas la llevara el mismísimo Comendador en persona.