La gran incógnita china
Gloria Figuerola

Debido al aumento de la población de ciudadanos chinos en nuestro país, todos en alguna ocasión hemos escuchado el comentario de que nunca se oye decir que haya muerto un chino, y cómo no, el típico chiste de que si vas a comer a un restaurante, te lo dan picadito entre el arroz o los rollitos de primavera.Cuatro chinos leyendo EL MASINO en la Gran Muralla China.

En Mataró hay una importante colonia de esta nacionalidad, seguro que hasta lo habéis visto por televisión o leído en la prensa, desgraciadamente por los talleres textiles ilegales en los cuales trabajan, comen, duermen y malviven en condiciones infrahumanas.

Este fin de semana, hojeando una revista local, he leído un artículo de una ciudadana china y me ha llamado mucho la atención, porque es la primera vez que lo veo, y además está escrito en un perfecto catalán y redactado correctamente. En él aclara algunos puntos sobre lo que he comentado anteriormente, me ha parecido interesante y paso a traducirlo para los lectores de El Masino. 

“Los chinos y la muerte”

“Desde que llegué a España me han preguntado muchas veces cómo es que no se ve nunca el funeral de un chino. ¿Es que no mueren los chinos? En más de una ocasión he oído explicar que alguien que trabaja en un cementerio no ha visto nunca enterrar a un chino, y que por eso ha decidido no ir nunca a comer a un restaurante chino.

¿Cuál es la explicación del misterio? Se me acuden tres: la primera que hay que mencionar es que en la cultura oriental, y especialmente en China, se tiene la costumbre de no morir fuera de casa. Sobre este hecho hay un dicho: La hoja muerta vuelve a la raíz. Eso quiere decir que el pueblo chino, por tradición, considera que morir en casa es una gran suerte y en cambio morir lejos de casa o del lugar de origen supone una gran tristeza para la persona enferma y para sus familiares, sobre todo para sus descendientes. Por eso todos procuran, en la medida de lo posible, volver a casa.

La segunda explicación es el choque de culturas y la poca información que tienen los chinos respecto a la medicina occidental (también por la dificultad del idioma). Cuando un chino cae enfermo o es diagnosticado de una enfermedad grave, prefiere gastar sus ahorros en ir a curarse a China, antes que ir a la Seguridad Social gratuíta.

Por último, cuando hay un accidente y por desgracia muere algún chino, la familia siempre reclama el cuerpo, y prefire gastarse un dineral para hacer llegar el cuerpo a China en vez de aceptar las cenizas de su ser querido. En China, hoy en día, no no hay mucha aceptación de la incineración.  

Qiuya Wu – Presidenta de la asociación china Nihao“