¿Nos comunicamos? (II)
Jesús Timoneda Monfil

Es deprimente la situación de muchos niños en edad escolar, en los que se observa el aislamiento y la falta de comunicación verbal y afectiva a la que están sometidos los niños que pasan la mayor parte de su tiempo libre solos, sentados frente al televisor o entregados a los videojuegos que sobreexcitan sus reflejos.

Los discursos de los políticos, por ejemplo, personas expertas en técnicas y recursos de comunicación ¿llegan a la gente? ¿informan o desinforman? ¿ se comunican de verdad o informan sobre lo que les interesa para conseguir determinados fines?

Los líderes religiosos también dominan el arte de la palabra, pero ¿son sinceros o sus palabras conllevan un propósito oculto? ¿enseñan o amenazan con las consecuencias que se deriven si no se siguen sus postulados?

¿Por qué ponemos tantos obstáculos a la comunicación? ¿es que ya no necesitamos a los demás? ¿por qué hacemos posible cada vez más la cultura del aislamiento, a pesar de vivir, cada día más, en ciudades con muchísimas personas a nuestro alrededor? Es muy triste que uno se sienta solo, incomunicado, rodeado de gente.

¿No sería bueno que comenzáramos a eliminar los muros que impiden la comunicación, para conseguir un mejor conocimiento de nosotros mismos y de los demás y así, de paso, ir construyendo una sociedad más armónica, más justa?

Tenemos tanto miedo a no ser entendidos, a que interpreten mal nuestras palabras, que inhibimos ese impulso de comunicación que nació con nosotros.

La necesidad de convivencia, de comunicación, de compartir, es tan grande que la gente acude al psiquiatra a que le escuchen al menos, asiste a dinámicas de grupo, a cursillos, etc. ¿Por qué? Pues porque en esos casos, en esas circunstancias, algo que tenemos taponado se desbloquea.

Debemos comunicarnos sin miedo a no ser entendidos, con sinceridad, con humildad, siendo abiertos y claros en nuestras intenciones y palabras, pensando en el otro y expresándonos con amabilidad, con todo el amor que podamos, para que salte la chispa y se produzca la conexión con los demás.