Charradicas
Miguel Ángel Royo Sorribas

Sigo con los mismos temas del mes pasado. Las charradicas tienen vocación de continuidad. No se cuanta gente me ha dicho ya que tendré muchas cosas para contar este mes. A ver por donde empiezo y cómo me las ingenio para contarlo todo.

El día tres de febrero nació por cesárea en la clínica Quirón de Zaragoza Sergio Nuez, el primer hijo de Juan Carlos Nuez y de su mujer, que fue atendida en el parto por el doctor anestesista Javier Royo, primo hermano de Juan José Royo Castañer. El viernes siguiente, día seis, nació en el mismo quirófano Marcos, nuestro primer hijo. Igualmente estaba en el parto el doctor Royo, que le puso a Marta, mi mujer, la epidural y me dio conversación en el paritorio. Me preguntó justo en ese preciso momento por su primo Juan José, y por toda su familia del pueblo, Manolo Cortés, José Luis, Juan José, me preguntó por su amigo Juan Espada, me habló de todos los últimos alcaldes del pueblo, desde Serafín a Francisco, Los Serrano, como los de la serie, y ayudándonos en el empuje me preguntó a la vez por Rosario Castañer y por todo Mas de las Matas repartido por el mundo entero. Por fin el ginecólogo le interrumpió y dijo que ya había nacido el niño y que había otro Royo en el mundo. La verdad es que en cualquier parte te puedes encontrar gente de tu pueblo con ganas de charrar.

Marcos se adelantó unos días y EL MASINO de enero se atrasó bastante. Al día siguiente que se repartió por el pueblo, casualmente, José Antonio Altabella, un yerno del Sánchez, y después el José el Guardia, me corrigieron un error. Me dijeron los dos en un intervalo de un cuarto de hora, que no se escribe les lladres, como puse, sino que se dice els lladres. Resulta que tampoco estaban en lo cierto. En chapurriau de La Ginebrosa se dice los lladres, y els lladres es en valenciano. Cumpliéndose por fin una premonición, el jueves veintiséis por la tarde los pude conocer en persona y efectivamente eran los lladres. A punta de pistola vinieron dos gachos con pasamontañas y se llevaron la pasta, igual que en Torrente dos. A los cuarenta minutos de la acción empezaron a llegar al sitio los primeros guardias. Por fin conocí en persona a los del CSI de Monroyo y a los de la policía judicial de Alcañiz, que no dan abasto. Mientras pillan a un delincuente les avisan por radio de tres nuevos robos, justo a la vez que sale de nuevo en libertad el penúltimo que habían pillado. Mientras tanto, es posible que denuncien al denunciante por no cumplir las normas de seguridad como es debido.

Como formamos parte de un territorio rural al que queremos equiparar con el resto de la sociedad en servicios y ventajas, reivindicamos mejor sanidad y mejor seguridad ciudadana. Como resultado se les niega a las mujeres la epidural en Alcañiz por falta de dos anestesistas, y nos ponemos a la cabeza de delitos por habitante por falta de números.

Esto continuará. Ya lo veréis.