Masinos en la diáspora

José Antonio Añón Peralta

El que firma estas líneas, como otros tantos cientos de masinos, por diferentes causas, la mayor parte de fondo laboral y en menor medida familiar, hemos tenido que abandonar Mas de las Matas y rehacer nuestras vidas en otros lugares, distanciados del hogar que nos vio crecer.

No siempre ha sido satisfactorio del convertido en emigrante dar este paso, pero las circunstancias económicas y sociales, a veces, han podido más que los arraigos y el propio entorno. Si nos atenemos, claro está, a la escasa oferta laboral que sufrimos los de mi generación hace 15 años, en comparación con la demanda ocupacional, es lógico que uno busque el sustento allí donde le sea potencialmente más fácil localizarlo, al igual que hicieron en la década de los 70 muchos de nuestros parientes. Cabe destacar, que las posibilidades de desarrollo empresarial en la localidad, son más fáciles en la actualidad que antaño, pero no tienen la suficiente cabida, para una juventud que busca su propio encuentro con el mundo laboral.

No obstante, por muy lejos que nos hallemos del lugar de origen, siempre nos queda el sentimiento masino, y este se suele exteriorizar de varias maneras. Sin ir más lejos, a mi, el disponer noticias de mi pueblo me satisface y emociona a la vez, por ello, espero ansiosamente cada mes este boletín que estás leyendo, además le suelo echar un vistazo a la prensa regional, a ver si en las páginas de Teruel nos dedican un pequeño artículo, o los lunes, en el diario deportivo correspondiente, rebusco entre las múltiples tablas de resultados que han hecho nuestros dos flamantes equipos de fútbol sala, o muy a menudo me pierdo por Internet, oteando en las aproximadamente 1.900 páginas web que hay dedicadas a Mas de las Matas.

Y por supuesto, cuando me permiten mis obligaciones o compromisos, o me apetece por que si, no dudo en coger la carretera y pasar cualquier fin de semana (si hay algún evento festivo mejor), o disfrutar de algunos días de vacaciones recorriendo las calles, huertas y montes (que rebosantes de olivos están!!!) que me transportan años atrás.