Charradicas
Miguel Ángel Royo Sorribas

El pasado sábado día quince de noviembre, a las diez y dieciocho minutos de la mañana, justico antes de que se inaugurara la feria de Aguaviva, mucha gente notó de golpe un apagón eléctrico y luego se estremeció al comprobar porqué se originó. La corneja Corax, que a todos saludaba con su ¡Toma!, ¡toma!, acababa de desayunarse unas galletas en el taller de forja de El Portillo, y mientras hacía la digestión se puso a hurgar en un poste eléctrico y se electrocutó, pegando un petardazo enorme igual que el Coyote de los dibujos animados, pero el Coyote enseguida revive, mientras que a Corax se le socarró una pata y cayó muerta en el acto. Dejó sin luz a toda la vecindad del Portillo y Trascorrales y a los de la peña del Asma que estaban obrando se les apagó de golpe la hormigonera. Llamaron al Jaime de la luz para que arreglara el suministro. Cándido y José Fuster, amigos y vecinos de la corneja, le dieron sepultura. La gente que la ha visto en vida recordará cómo volaba majestuosamente por nuestras calles.

Otro bicho muy curioso digno de salir en algún documental de la dos es un jabalí pequeño que tiene el Marcelino de La Ginebrosa, que se le ha vuelto muy mansico y le sigue a todas partes como un perrico desde que lo atrapó hace tres meses en el monte. Cuando Marcelino se monta en su coche el jabalí se sube rápido, porque le gusta barbaridad irse de viaje.

Murió Luis Moliner, el cantador, y en su entierro pusieron una cinta grabada con su voz cantando el Santus de la misa. Impresionó mucho a todos, y la gente recordó cuando su inmensa voz llenaba la iglesia hasta las bóvedas, como el gran tenor que fue, dicen que con una voz a la altura del mismísimo Plácido Domingo.

Tanto pedir las obras, tanto quejarse del mal estado de la calle, pues ahora barro hasta las orejas para todos hasta que acabe el invierno. Según nos informa nuestro enviado especial a las obras de la calle Santa Lucía, ha aparecido intacta la calle Calvo Sotelo tal como estaba por debajo a un metro del suelo. Le han dicho que justo a mitad de la calle se ha encontrado en una bodega algo increíble; nada menos que las oficinas del psiquiátrico clandestino en régimen abierto que era Mas de las Matas, desde donde nos han estado estudiando durante años tres médicos estadounidenses, que inmediatamente han sido puestos a disposición judicial. Algunos historiales son para escojonarse. En la calle San José han aparecido muchos fósiles, muchos restos íberos y musulmanes, navajas visigóticas a punta pala, y la partida de nacimiento del tatarabuelo Rocasolano de Letizia Ortiz, y eso que decían que si era de Calanda, pero para que no se entere ningún arqueólogo se ha acordado no decírselo a nadie y así se podrán acabar antes las obras, que si no igual cascan un espacio museo por todo y luego la gente no podrá entrar ni en su casa. En la calle de las Norias seguro que no saldrá nada porque ya lo tenía todo escarbao algún vecino.

Enhorabuena a Susana y a Ramón Borruel, nuestro secretario del Ayuntamiento, que desde el pasado lunes diecisiete tienen ya en casa a sus hijas Mirella y Paula. Que tengáis mucha suerte y que seáis los cuatro muy felices porque os lo merecéis.