Como nuevo
en el lugar me piden la impresión sobre algo que ocurre en el horno y en la lonja
de este pueblo a mediados de cuaresma y el sábado santo.
Lo que allí ocurre es
algo alucinante, algo increíble sino se viera.
Lo que allí acontece
en esos días comienza en otro lugar: en el corazón, en el alma de todo un
pueblo que UNE SUS MANOS en solidaridad con la campaña de Manos Unidas.
Los que viven fuera o
lean EL MASINO, les diré que lo que ocurre es que se elaboran pastas riquísimas
(11.000 unidades aproximadamente) para dedicar el importe de su venta al
proyecto que Manos Unidas presenta cada año. Esto es muy importante, pero lo
más impresionante es cómo se hace. Todos los ingredientes necesarios son
aportados gratis por muchas personas. Un grupo grande elabora las pastas. Un
grupo de jóvenes se encarga de empaquetar y vender... y todos a comprar porque
es para Manos Unidas.
¿Saben aquel dicho del
sastre del Campillo?. Decían que cosía de valde y ponía el hilo. Pues aquí
sucede todavía más: se compra la tela, se cose de valde, se pone el hilo y se
compra la prenda. Todo el pueblo participa de una manera o de otra. Una
participación especial es la del horno y de los horneros.
Con ser muy importante
el resultado económico (600.000 pts. aproximadamente) lo que más me ha
impresionado es la alegría, el entusiasmo que se ve en todo momento: en las reuniones,
en el horno, en la venta, en los que compran...
En el horno y en la
lonja no me cansaba de contemplar el entusiasmo que allí se ponía y la alegría
que brillaba en las caras. Veía allí hecho realidad el lema de la Cuaresma de
este año: "Hay más alegría en dar que en recibir". La alegría de
compartir, la alegría de dar, la alegría de la solidaridad.
A toda esta movida
precede una reunión en la Fundación de la Asunción y San José en la que las
Hermanas hacen una reflexión sobre el hambre en el mundo, sus causas y posibles
soluciones, soluciones que siempre pasan por la justicia y la solidaridad.
Exponen el lema de la campaña y el proyecto concreto de cada año.
La campaña no se
reduce a estos dos momentos, se hace también en Navidad (libros, camisetas), en
febrero (colecta en Parroquia), fiesta de las Primeras Comuniones y para junio
una cena o comida en la que el mejor manjar será la alegría de dar, convivir y
compartir.
Al final de la Campaña
nos dará el resultado económico: Es fácil que supere las 800.000 pesetas.
Si no han visto nunca
la movida de las pastas de manos unidas en el Mas, les digo que merece
la pena asomarse esos días al horno y a la lonja.
A quien me preguntó la
impresión le digo que es de las cosas más bonitas que he visto. Por la alegría,
por la colaboración, por el entuasiasmo. Y... las pastas, riquísimas.
Bendigo a quien sembró esta
idea y a quien a lo largo de los años mantiene viva la llama de la solidaridad.