Nieve y paz
Mari Jose Laña

Amanece el domingo 16 de febrero.

Un manto blanco cubre los tejados y las huertas y adorna los árboles y las plantas de nuestro pueblo.

Las flores recién abiertas de los almendros se confunden con los copos de nieve que, como algodón, tiñen de blanco el paisaje.

Y mientras contemplo todo, pienso en la PAZ, deseo la PAZ. Y me pongo a soñar.

Imagino que Bush, Sadam Huseim, Tony Blair, José Mª Aznar,... también se han levantado hoy con un manto blanco de paz cubriendo su corazón, y que de repente, todo su paisaje de miedos, amenazas, recelos y distancia ha cambiado.

Y Bush descubre que no es necesario ya mandar observadores para controlar las armas de Sadam Husein, porque si Sadam es su amigo, nunca usará las armas en su contra.

Y Sadam descubre que el manto blanco de paz ha borrado las fronteras y que los otros países son amigos.

Y Blair, Aznar, y los demás, descubren que hay algo que une a Europa más que el enemigo común y el petróleo:

EL DESEO DE PAZ.

Un deseo hecho manifestación que ha cubierto estos días muchos de nuestros pueblos y ciudades, como el manto blanco de la nieve.