Lola Carreras vive en Tarragona y se acuerda mucho de sus amigas del pueblo Tere Serrano, Nelia, de las hijas de Doña Pabla, de las hermanas Villalba, de Angelines Mir, de Mercedes Gareta, de Tere Montañés y de Consuelo Mateo, “la de la Extensión Agraria”; también se acuerda mucho de las merendolas en la Vega, de la bodega de los Canos, del Rivera, y de no se cuanta gente más. Su hermano Manolo trabajaba aquí en la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, y vivían en la colmena, recién construida. Habrán pasado igual veinticinco años desde aquella época. Como tiene tan buenos recuerdos de nuestro pueblo, le mandaremos este número de EL MASINO para que lo vea.
Nos encontramos en Madrid a una mujer que al conocernos por el acento, nos dijo que de dónde éramos, que ese deje le sonaba mucho; enseguida nos dijo que ella es de apellido Sancho y además sobrina nieta del célebre Don Agustín Plana Sancho, y ahora trabaja haciendo meriendas a domicilio, aunque en moderno a esto se le llame catering. Le dijimos que vaya calles que tiene su pariente en nuestro pueblo, en Castellote o en Mora de Rubielos. Lo que no le contamos es que unos gamberros cambiaron durante una noche el busto que tiene Don Agustín en Castellote por la cabeza del Chapa que hay en el Mas.
Es que el mundo es un pañolico; hace unos años hubo en Alcorisa una empresa americana llamada UGE, que experimentaba convirtiendo carbón en gas en el puente del Regatillo. Ellos ya manejaban el correo electrónico habitualmente para comunicarse con la sede en América; cualquier consulta era contestada en dos minutos, por lo que bautizaron a los Estados Unidos como el Mas. Decían, esto se lo preguntamos a los del Mas. Y realmente tenían respuesta antes desde Estados Unidos que si hubieran preguntado a alguien de nuestro pueblo.
El nuevo cura del Mas, tras irse mosén Javier el breve a Zaragoza, es alcorisano, se llama Alfonso Belenguer, y en su familia son pasteleros de toda la vida. Dicen los que estuvieron que nos trató muy bien al GEMA en el primer sermón. Nuestras relaciones con el ayuntamiento y con la iglesia parece que mejoran con los años. Mejor para todos.
Precisamente limpiando la casa del cura para que la habite el nuevo inquilino, se tiró una remolcada de basura, entre la que ya estaba condenada una máquina de cine viejísima, que providencialmente se salvó del olvido. La historia de esa máquina sería un guión cinematográfico increíble, que encierra la historia de los últimos cien años de nuestro pueblo. Pero es muy larga para escribirla aquí, y además no soy yo quien para hacerlo.
Ahora unos consejos editoriales. Es fantástico el libro El Maestrazgo, la invención de una belleza sobrenatural, con fotografías de Kim Castells y texto de Antón Castro. Desde el Llovedor hasta Puertomingalvo, se retratan lugares preciosos de ahora nuestra comarca vecina. Es fantástico también el disco Pa’ mi genio de Carmen París. Ella es de Samper de Calanda, y canta jotas con aires renovados, con acordes arabescos sefardíes y de tanguillos. Hace una versión libre sobre el estilo de jota de “La Magallonera” impresionante.