CHARRADICAS
Miguel Angel Royo Sorribas

Una ternera de seiscientos kilos se escapó desde la granja del Valero el jueves seis de junio, y hasta la fecha aún no ha sido recuperada. Endrechó de Santa Bárbara a Santa Flora en una corrida, y la perdieron de vista hasta tres días después, cuando el Carpio la descubrió en el retiro de Aguaviva a las tres de la madrugada. Llamó al Sixto requiriendo su experiencia, pidió urgente alguna linterna y algún subalterno, pero cuando llegaron ya no lograron seguirle el rastro, aunque de día bien se pudo distinguir, porque los pasteles que deja un bicho de estos son de categoría. A la semana aparece apajentando en la gravera de Aguaviva, y las secretarias que la ven avisan urgentemente a la Alcaba para que se busque al Valero a la mayor brevedad posible. Cuando llega el dispositivo especial preparado para la ocasión la ternera ha vuelto a desaparecer. Vamos, igual que si fuera Bin Laden, que no hay manera de pillar a esta ternera. Dicen los entendidos que acudirá al fato de alguna granja, pero ésta igual no huele nada. También dicen que habrá perdido peso tanto trotar por el monte, pero ésta igual se está hinchando de comer toda la cebada que quiera. Los hay que piensan en lo peligroso que sería que se metiera en medio de una carretera. En la del Mas a Aguaviva igual hay desde siempre ocho o diez señales de triángulo rojo con una ternera dentro, algo despintadas por cierto, avisando a los distraídos de la situación. Los que en tiempos hicieron esta carretera llevarían comisión por las curvas o por llevarla por donde mandaban los que mandaban, o sino es que seguían a un burro suelto. Si hubieran seguido a esta ternera, la carretera sería una recta desde el cruce de la Tejería hasta detrás del retiro, y de allí otra recta por los aljezares y el Camino Calanda hasta detrás de la Venta de Aguaviva.

Si aguanta igual llega hasta la carretera de la Balma a Morella, que ahora no tiene casi tráfico porque está en obras, aunque dicen que estaban paradas las obras para permitir la puesta del buitre negro que anida por esos risclos, y como está en peligro de extinción no se le puede molestar con las retros y los camiones de las obras públicas. A lo mejor nuestra ternera prefiere irse por los caminos hasta Monroyo, igual se cruzan con ella los de las motos del Seprona, y fácil que de ir por ahí llegue hasta Valderrobres, que es donde vive su dueño. Cosas más raras se han visto.

Seguiremos informando, y el que se la encuentre que la manifieste.