COMENZAMOS
Andrés Añón

Este fue el título de la primera editorial de El Masino hace ya 20 años. ¿Quién imaginaba por entonces que estas páginas durarían tanto?. ¿Quién diría que mes tras mes se iba a escribir la historia de nuestro pueblo? ¿Recuerdan las noticias breves que escribía Don Eugenio, y las cartas abiertas de los primeros números? Aquellos interminables plenos municipales donde todos los concejales decían algo para salir en El Masino, y el rincón para los poetas, y los campeonatos de fulbito... y las historias para no dormir del GEMA. Cuando se cumplieron tres años del primer número ¡qué proeza!, se hizo una encuadernación en rojo con letras de oro, un incunable. Y El Masino siguió con los plenos (ahora más resumidos), las noticias, los deportes, de vez en cuando la voz de La Parroquia y muchas, muchas dosis de cultura; y así se llegó al número 50. «Salir cada mes» decía el Editorial de ese número, y El Masino se felicitaba a sí mismo por haber calado en la sociedad masina. Y fueron cambiando los diseños y sucediéndose las juntas de redacción, y se habló del tiempo, y de futuro, de nuevos regadíos, de restauraciones y obras públicas, muchas obras; el pueblo se movía por todos sus frentes: acequias, azudes, carreteras, calles nuevas, residencias, polideportivos... museos... un sin parar. Y llegamos al número 100 con una foto de los niños nacidos con el periódico. «El Masino sigue» decía un artículo de Don Mariano; y se hizo una encuadernación conmemorativa de lujo que con el tiempo valdrá un montón. Y al poco llegaron los diez años y se editó un póster, «El más esperado» ponía. Parece que fue ayer, como todo.

Comenzó de nuevo El Masino sin haber acabado y nació El Mañico, con su socarronería castiza, y las cosas del pueblo iban pasando por sus páginas: las nuevas obras, los nuevos ayuntamientos, los triunfos del mejor equipo y algún que otro artículo punzante que dio que hablar. Y con el 200, doscientos perdones (por si acaso), y como pasan todas las cosas, así sin pensar, pasaron otros diez años. Y aquí tenemos un Masino nuevo (como el Euro) volviendo a comenzar, pero ahora en color como mandan los tiempos, y sin darnos cuenta nos acostumbraremos a este color y atrás quedará el monótono gris como las viejas fotos de cuando algunos éramos pequeños, y continuar será fácil si los masinos queremos.