Siempre he considerado que la tercera edad no es tal, sino que debería llamarse “tercera juventud”. Sobre todo, después de ver las ganas que tienen de hacer cosas. Claro que, eso si, tienen más tiempo libre para ocupar.

Unos lo ocupan en cultivar sus amistades, bien charrando en el banquico de enfrente del centro de salud o echando la partida y café correspondiente. Otros siguen siendo fieles al huerto de toda la vida, y otros muchos, esperan con expectación el mercadillo del sábado para dar un paseo más que entretenido.

Respecto a lo que me atañe, y a lo que venimos hablando, es decir, la residencia, los que allí viven tienen en que ocupar el tiempo. Unos acuden diariamente a nuestro particular “colegio”, donde ejercitamos la memoria y otras habilidades.

En lo que llevamos de año, hemos realizado varias excursiones o eventos. Esto es lo que hemos hecho:

- El 20 de enero, celebramos el 13º aniversario desde que se abrió la residencia. Tuvimos actos de lo más variado durante todo el día (incluida actuación sorpresa).

- El 2 de junio, cogimos los bártulos y nos fuimos a la palanca, donde comimos entre los chopos y jugamos a juegos tradicionales.

- En julio, hicimos una excursión a Vinaroz, a darnos unos baños y paseicos por la playa.

- El 28 de septiembre, tuvimos en el Pilar de Zaragoza un encuentro con otras residencias de todo Aragón. Luego, comimos en el parque de atracciones y bailoteo variado.

- Y, como no, no queríamos perdernos nuestro trozo de Motorland. El 4 de octubre visitamos las instalaciones y no nos fuimos de allí sin antes montar en los karts.

Un saludo grande desde la residencia.