Editorial

En los últimos tiempos se ha hablado mucho del cambio climático; aquí no somos científicos, aunque no hay que serlo para ver y comprobar que hay cambios y no pocos.

Cualquiera que viniese a vivir en los últimos años hubiese podido comprobar que cuando el tiempo era de llover, llovía en todas partes menos aquí, Mas de las Matas estaba situado en una especie de microclima; pero tanto el año pasado y sobretodo éste el tiempo nos ha sorprendido porque cuando se ha puesto a llover hemos experimentado días y días de lluvia más o menos intermitente. Es de suponer que, sobretodo los primeros días, a los masinos y masinas, y más si son agricultores, aquellos primeros lloros del cielo les debieron saber a gloria, aunque a estas horas ya deben desear que el tiempo les conceda una tregua y que se reanuden, con normalidad, todas las tareas que interpretan el ciclo normal y vital de nuestros cultivos.

Al margen de esto el entorno de nuestro pueblo está vestido de un intenso manto con diversas tonalidades verdes. Es, simplemente, idílico y relaja la vista, después de tanto tiempo de aridez....además el verde generalizado contrasta con los campos de cereal que, poco a poco, siguen su camino y empiezan a amarillear.....Los despertares de los días y los atardeceres que se alargan para encontrarse con la vigilia de San Juan son especialmente bellos. Las brumas invaden sutilmente las madrugadas y su silencio nos envuelve....todo nos parece más liviano y los atardeceres, cuando el sol empieza a mecerse, el cielo experimenta tonalidades que viajan por el mundo cromático....sólo hace falta pasear y proponerse conocer este valle único y especial... aunque sepamos, de antemano, que nunca llueve a gusto de todos.